Tras la última intervención de Mark, cuando Diane estaba en su octavo mes de embarazo el dictamen de los médicos fue contundente: Mark moriría inevitablemente antes de que naciera su hija. Tan sólo le quedaban unos pocos días de vida.
Diane no lo dudó ni un instante y adelantó la fecha de su parto del día 29 de enero al día de 18, no estaba dispuesta a que Mark muriera sin conocer a su hija. Tras el parto ambos compartían habitación en el mismo hospital y Mark sostenía en su pecho a su hija recién nacida. Apenas habían transcurrido 45 minutos cuando Mark entró en coma y falleció finalmente 48 horas después, el día 21 de enero.
Mark falleció ocho días antes de la fecha prevista para el parto.
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