lunes, 11 de noviembre de 2013

Para morirse de risa ツ





1. Jaimito y las ganas de estudiar

Le dice Jaimito al padre: -¡Papá, papá, hoy me levanté con ganas de estudiar! -muy bien Jaimito, ¿Y qué vas a hacer? -Voy a volver para cama a ver si se me pasa

2. Los ancianos que tienen de todo

Dos ancianos hablando de la vida, le dice uno al otro: -Ahora en estos tiempos que corren estamos como queremos, no nos podemos quejar, antes nuestros padres no tenían de nada y ahora nosotros tenemos de todo! -Si, es cierto, ahora tenemos colesterol, trigliceridos, artrosis.

3. La celadora y las cinco semanas

Va un hombre a pedir cita al médico porque se encontraba gravemente enfermo, en esto le dice la celadora: -Le hemos dado cita para dentro de cinco semanas. -¿Cinco semanas? ¿No ve que dentro de cinco semanas puedo estar muerto? -No se preocupe señor, de ser así no le cobraremos nada.

4. La bajada de las pensiones
Estaban dos amigos tomando un café uno de ellos leyendo el periódico: -¡Oye! ¿Sabes que van a bajar las pensiones otra vez? -A mi me da igual, yo con la amante voy siempre a moteles.

5. La rubia y el problema con el router

Estaba una rubia navegando por Internet  en esto le deja de funcionar y llama a soporte técnico: -Hola, tengo un problema, no me funciona el router -¿Podría decirme las luces que tiene encendidas? -Pues ahora mismo la de mi habitación y la del pasillo.

6. El médico, el paciente y la primera consulta

Un hombre va por primera vez a un médico que le habían recomendado, y en la sala de espera ve un cartel que pone: Primera consulta 500 euros, el resto 100 euros. El hombre con ganas de ahorrar, cuando llega su turno le dice al doctor: -Buenas tardes, ¡aquí estoy otra vez! -Muy bien, sientese en la camilla que lo voy a examinar. Al rato le dice el médico: -Está mejorando un poco, pero tiene que seguir con el tratamiento que le di el otro día.

7. El peligro de las carreras de caballos

Dos amigos, le dice uno al otro: -El otro día fui a ver una carrera de caballos... -¿Y qué tal lo pasaste? -Estuvo bien, hasta que me calló la cámara de fotos al suelo, cuando me agaché a recogerla, uno se me subió encima y se puso a saltar y a gritar ¡Arre caballo! ¡Arre! -¡Qué loca está la gente! ¿Y qué hiciste? -Pues lo que pude... ¡quedamos de novenos!

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